Los Cuatro Pilares de la Educación en Tiempos de COVID-19
Por Dr. Gilberto Hernández Quirós
gilberto.hernandez.quiros@una.cr
UNA Nicoya, Sede Chorotega
Educación es una palabra tan poderosa que podría ser sinónimo vinculante e incluso llevarnos
hacia tendencias de mejoramiento continuo, aprendizaje de por vida y esfuerzos
exitosos desde las primeras etapas de nuestras vidas. Todas las personas deseamos aprender, saber y
tener acceso a los aportes intelectuales y pragmáticos además de las perspectivas de la más diversa índole. Los más importante es que todas las personas
deseamos estar mejor informados y poseer el conocimiento para expresar nuestras
opiniones basadas en fundamentos y datos, así como compartir el conocimiento,
hacer sugerencias y tomar decisiones con el objetivo de mejorar nuestra calidad
de vida y la de nuestras familias, amigos, país y las comunidades en donde vivimos. La educación también es sinónimo de optimismo,
tolerancia, compasión, autocontrol, paciencia y un deseo ardiente por avanzar
hacia estilos de vida más prósperos.
Sin
embargo, no todas las personas tienen acceso u oportunidades para estudiar y seguir
una carrera lo cual nos plantea la pregunta si la educación es para todas las
personas. La UNESCO que significa
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura,
presentó la producción de la declaración de “Educación para Todas y Todos”
(EFA en inglés) donde se identificaron cuatro pilares como cimientos o
bases de la renovación y reforma de la educación durante una reunión en 1990 en
Jomtien, Tailandia entre el llamado grupo E-Nueve cuyos miembros eran (en ese
momento) Bangladesh, Brasil, China, India, Indonesia, Egipto, México, Nigeria y
Pakistán.
Esos cuatro
pilares son los siguientes y podrían ser efectivos en tiempos de COVID-19.
Aprender a conocer:
Los niños y
niñas, adolescentes, jóvenes adultos y prácticamente todas las personas se
deberían enfocar en el concepto del conocimiento básico y general para poder
trabajar en áreas específicas según los cambios emergentes en la ciencia, la
tecnología y las actividades socioeconómicas.
Lo anterior ha sido evidente durante el brote del coronavirus lo cual nos
plantea muchos problemas tales como la ineficiencia de educación virtual o en
presencialidad remota, en algunos casos, debido a la falta de dispositivos
tecnológicos o la falta de conectividad.
Por lo tanto, debemos apegarnos a tres aspectos: lo que se aprende, la manera en que podemos
hacer que las personas aprendan y sepan y quién es la persona que está llevando
a cabo el proceso de aprendizaje. Existen
distintas plataformas (tales como Microsoft Teams, Google Meets y Whatsapp por
mencionar algunas) y dichas plataformas han afrontado el reto para estar a la
altura del desafío tecnológico para mediar la educación tecnológicamente y
poder continuar aprendiendo a conocer y a saber.
Aprender a
hacer:
Este concepto
de aprendizaje comprende las habilidades de razonamiento, la iniciativa y el
perfeccionamiento de los sentidos. Con
la declaración de la emergencia global por el brote del coronavirus, el
confinamiento y todas sus repercusiones, nos vimos obligados a desaprender y
reaprender para hacer las cosas de formas distintas para poder sobrevivir y
esperar la llegada o aplicación de la vacuna y luchar para exterminar el
virus. Por supuesto, todo lo anterior ha
requerido creatividad, trabajo arduo, así como una actitud positiva para
repensar las formas de hacer las cosas de forma diferente.
Aprender a
convivir:
La pandemia
nos ha separado con el distanciamiento social y desconfiamos de muchos, sino
que de todas las demás personas. No obstante,
y como sociedad mundial que somos tuvimos que comprender que todos estábamos (o
estamos) en esta situación juntos sin importar la cultura, zona geográfica o etnia. Tuvimos que aprender a vivir juntas y juntos
y protegernos para luchar contra el virus y ojalá regresar a esa normalidad que
hemos estado añorando y que ahora más que nunca valoramos.
Aprender a ser:
Tenemos el
potencial de actualizarnos a través de la libertad y la sabiduría para tomar decisiones
con un sentido fuerte de responsabilidad a pesar de las barrenas, debilidades,
y limitaciones. En medio de la pandemia
tuvimos que aprender a ser personas pacientes, cooperativas, y creativas, centradas en sí mismas y también en lo grupal
además de muchas otras formas de reinventarnos para evitar desfallecer o que se
desmoronen nuestros planes debido a la pandemia.
En resumen:
Al aprender convivir (durante COVID-19 o por siempre), debemos construir una cultura de paz genuina y verdadera orientada hacia el desarrollo de la comprensión de la historia, los chistes, la moda, las tradiciones, los valores espirituales y el aprecio por nuestra interdependencia. Al aprender a ser se nos presenta el papel que desempeña la educación en el desarrollo de todas sus dimensiones de la persona integral para lograr la integración física, intelectual, emocional y ética. Se refiere al desarrollo general del ser humano como individuo y miembro de la sociedad. Al aprender a conocer o saber, debemos desarrollar nuestra concentración, la memoria, las destrezas, y la habilidad para pensar. El papel que juegan los educadores y educadoras es actuar como entes facilitadores, catalizadores, monitores y evaluadores del aprendizaje y de sus procesos. Podemos salir de esta situación siempre y cuando tengamos voluntad.
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