El gran apagón educativo en Costa Rica
Por Gilberto Hernández Quirós
Desde hace varios años Costa Rica ha venido experimentando un deterioro progresivo en su sistema educativo que se basa en la burocratización del Ministerio de Educación Pública (MEP) y, como lo indica el artículo de www.cr.hoy.com, la llegada del COVID-19 hizo evidente el gran apagón educativo, la brecha digital, la burocratización del sistema y recientes cuestionamientos por el manejo de las pruebas (FARO) y por la publicación de una revista de contenido supuestamente sexual explícito del Ministerio de Educación Publica (MEP) en la Revista Electrónica Conexiones.
Las acciones anteriores nos hacen pensar que, en vez de avanzar, nos encontramos en una situación crítica y en un momento histórico de retroceso y lamentable deserción escolar.
La brecha digital se incrementó especialmente en la zonas rurales donde las personas estudiantes carecen de dispositivos electrónicos o conectividad para acceder a las clases virtuales o en presencialidad remota con apoyo tecnológico.
Es realmente una situación que hace que las personas estudiantes y padres de familia dejen de confiar en el sistema educativo y decidan retirar a sus hijos del sistema educativo.
La pandemia
también ha afectado e impactado negativamente a regiones como la Brunca donde
el índice de pobreza es de 35,5% en comparación con un 18,1% en la Región
Central. Lo anterior es un ejemplo claro
de quienes están “desenchufados” respecto de los “enchufados” o los “info-pobres” versus los “info-ricos” en clara forma de exclusión educativa y
desventaja inaceptable. Las zonas
costeras y rurales presentan un rezago educativo impresionante y que el próximo
gobierno tendrá que priorizar las soluciones a esta problemática. ¿Cómo lo harán? ¿Cuál será el plan?
Efectivamente será
un gran reto enorme, y es justamente que afirmo y confirmo que, para aprender
debemos, desaprender y reaprender. Sin embargo lo anterior será posible solamente
si los jerarcas a cargo de la educación formal de Costa Rica realmente hacen su
trabajo con convicción y visión hacia el mejoramiento continuo y sin
excusas porque, al final de todo, el que se excusa
se acusa. El apagón educativo es una realidad que podemos revertir siempre
y cuando haya compromiso mutuo entre las autoridades gubernamentales, los
educadores y las personas responsables de nuestros estudiantes.
Según la
publicación del 26 de mayo del 2021 de
Semanario Universidad, “Dos semanas atrás el director de Gestión y
Evaluación de la Calidad del MEP, Pablo Mena, dijo a UNIVERSIDAD que la brecha
entre estudiantes de centros educativos privados y públicos, así como la
profundización que podría causar la aplicación de las pruebas ante estas dos
realidades, no era uno de los factores a considerar por parte del Ministerio.
La única valorada para suspender o mantener las pruebas este 2021 fue “la
situación de la pandemia”.
Para
finalizar, la imagen a la izquierda es explícita y claramente nos hace
comprender lo que ha sucedido en medio de este gran apagón educativo y
la brecha existente entre los “enchufados” y los “desenchufados” en medio de la
pandemia. A pesar de toda esta situación
soy optimista de que los educadores y administradores de los procesos
educativos en nuestro país lograremos salir avante de forma proactiva para
innovar y asegurar el acceso a la educación de todas nuestras niñas, niños,
adolescentes y todas las personas estudiantes. ¡Que viva la educación!
No comments:
Post a Comment